Franco-Aguirre, J. Q., Cardona-Tapias, A. A., Cardona-Arias, J. A.
Introducción: Existen evidencias sobre los efectos positivos de la actividad física en la fibromialgia; en Medellín son escasas las investigaciones que han evaluado sus efectos sobre la calidad de vida.
Objetivo: Comparar el perfil de calidad de vida en personas con fibromialgia sedentarias frente a un grupo de enfermos con un patrón de actividad física adecuado de Medellín.
Métodos: Estudio analítico transversal en 71 personas sedentarias y 29 con un patrón adecuado de actividad física valorado a través del cuestionario IPAQ, quienes asistieron a consulta con reumatólogo en una institución prestadora de servicios de salud especializada, diagnosticados con fibromialgia según los criterios del Colegio Americano de Reumatología. Se realizó una análisis con la prueba chi cuadrado para garantizar la homogeneidad en las características sociodemográficas y clínicas de los grupos de estudio. Se midieron las dimensiones de calidad de vida del MOSSF-36 el WHOQOL-BREF y el FIQ, éstas se compararon en los dos grupos de estudio con la Prueba U de Mann Whitney. Se realizó cuantificación de la confusión con regresión lineal.
Resultados: No se hallaron diferencias estadísticas en la caracterización de los grupos de estudio (p>0,05), ambos estuvieron conformados por una mayor proporción de mujeres, adultos medios, de estrato social medio, baja escolaridad, bajos ingresos económicos, con sobrepeso u obesidad, consumo de antidepresivos y comorbilidades. Siete de las ocho dimensiones del MOSSF-36 presentaron resultados estadísticamente mejores en los pacientes que realizan actividad física (p<0,05): función física (46,4 vs 35,4) desempeño físico ( 26,7 vs 12,7), dolor corporal (35,2 vs 23,9) salud general (51,1 vs 38,3), vitalidad (47,9 vs 33,8), función social (62,9 vs 49,6) y desempeño emocional (37,9 vs 17,8); de igual forma se encontraron mejores resultados para las dimensiones de trabajo, fatiga, cansancio matinal, sentirse bien y el resultado global del FIQ, así como la salud física del WHOQOL-BREF. La participación social se encontró asociada con una mejor calidad de vida relacionada con la salud.
Conclusión: La actividad física y la participación social mejoran el perfil de calidad de vida de los pacientes con fibromialgia, tanto en sus dimensiones físicas como psico-sociales, lo que aumenta la evidencia sobre la necesidad de direccionar estrategias de intervención complementarias a las farmacológicas.