Manuel Menéndez González, Marta MartÃÂÂÂnez Rivera, BenjamÃÂÂÂn Fernández
A pesar de la escasez de estudios aleatorizados, la evidencia acumulada hasta la fecha procedente de estudios observacionales ya permite definir con cierta claridad la existencia de hábitos relacionados con el estilo de vida que actúan como factores de riesgo y hábitos protectores para el desarrollo de demencia. La dieta Mediterránea, la actividad física regular, hábitos de sueño regulares, la estimulación cognitiva y una vida socialmente activa son los factores relacionados con el estilo de vida que permitirían enlentecer el desarrollo de demencia y serían especialmente aconsejables a la población en general y especialmente a pacientes con deterioro cognitivo leve. Estas conclusiones deberían ser trasladadas en forma de recomendaciones generales a las políticas de protección de salud de los organismos sanitarios. Son necesarios estudios aleatorizados que permitan confirmar los resultados de los estudios observacionales, conocer los mecanismos de acción y definir recomendaciones concretas del estilo de vida para prevenir el desarrollo de demencia.