Antonio Liras
Ha transcurrido ya mucho tiempo desde que el médico francés Juan Bautista Denys llevara cabo, en 1667, la primera transfusión exitosa de sangre a un ser humano. Utilizando plumas de ave como cánulas, se transfundió sangre de oveja a un joven pero éste sobrevivió poco tiempo a la curación de Denys que fue acusado de asesinato. Ahora en nuestro siglo XXI, el siglo de la Biotecnología, nos encontramos con nuevos retos en Medicina. La aparición de las llamadas enfermedades emergentes y reemergentes como es la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) o “mal de las vacas locas” y su variante (vECJ) en humanos, hacen replantearse aspectos relativos a la bioseguridad de una técnica tan extendida y tan útil a la vez como ha sido la perfusión de sangre, de sus derivados componentes o de los productos farmacológicos que se obtienen de su plasma. A nuevos retos, nuevas y futuras estrategias para la prevención.