Editorial - (2017) Volume 13, Issue 2
1Neurocirujano-Medicina Critica, Red Latino Organización Latinoamericana de Trauma y Cuidado Neurointensivo, Bogotá, Colombia
2Estudiante de Medicina, Universidad de Cartagena, Colombia
3Neurocirujano, Red Latino Latin American Trauma & Intensive Neuro-Care Organization, Bogota, Colombia
Fecha de recepción: May 22, 2017, Fecha de aceptación: May 25, 2017, Fecha de publicación: May 30, 2017
Editorial
En los últimos años se han obtenido cifras que demuestran la inequidad en el acceso a los servicios de cirugía, siendo esta un privilegio de los países desarrollados. En el año 2008 se estimó que el número de procedimientos quirúrgicos realizados a nivel mundial fue de aproximadamente 243,2 millones al año, correspondiendo solo el 3,5% a países de bajos recursos. Esta es una realidad en muchos países que no cuentan con una capacidad quirúrgica para cubrir la demanda, contribuyendo potencialmente al aumento de las tasas de mortalidad. Es por esto, que se debe considerar la cirugía como un componente básico de los sistemas de salud y lograr una inclusión en los planes de salud pública, sin embargo, este propósito se ve limitado por considerar la práctica quirúrgica como una causa principal del aumento de morbilidades intrahospitalarias pero la realidad es otra, porque los traumatismos son los responsables de muerte más de 5 millones de personas en el mundo [1-4].
Las cifras de pacientes que han sufrido lesiones a nivel intrahospitalario e infecciones nosocomiales han aumentado aproximadamente 20 veces en los países desarrollados, estos datos son importante, debido que en la actualidad se busca construir el camino para lograr una “cirugía segura”, apoyando la seguridad del paciente que ha sido impulsada por la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente. Además, en países como Colombia, el Ministerio de Salud y la Protección Social ha tenido como principal objetivo, el garantizar la seguridad del paciente mediante el diseño de paquetes instruccionales en caminados a garantizar unas prácticas seguras en los servicios de salud, que garantice la protección de la integridad y seguridad de los pacientes [1-4]. En 2015, la Comisión de Cirugía Global de la Lancet informó que actualmente 5 mil millones de personas carecen de acceso a una atención quirúrgica segura, asequible y oportuna. Además, se necesitan "hasta 143 millones de cirugías adicionales cada año para salvar vidas y prevenir la discapacidad" [4].
El movimiento mundial para la salud se ha convertido en una fuerza que impulsa la cobertura de los servicios de salud, y se ha estimado que alrededor de 2.000 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a cirugías [5-7]. En el marco de trabajo del ICRAN 2016-Conferencia internacional de recientes avances en neurotraumatología de la WFNS el pasado de diciembre (2016) en Bogota, Colombia se publicó la declaración que alerta sobre neurocirugía global que promueve la investigación, implementación de políticas de calidad, es así como se comienzan a desarrollar posibilidades para nuevas y mejores políticas públicas que ponen en evidencia la inequidad de la neurocirugía en los distintos países. Es importante mencionar que la falta de acceso a la atención quirúrgica básica causa 3 veces más muertes que el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria combinadas.
Por otro lado, la mayor parte de la necesidad insatisfecha se encuentra en los países de ingresos bajos y medios. Una evaluación preliminar de la atención en neurocirugía no satisfecha es alarmante: Las estimaciones del Banco Mundial en el África subsahariana muestran que actualmente sólo se cumple el 11,8% de la demanda de neurocirugía y se necesitan anualmente 1,3 millones de procedimientos neuroquirúrgicos adicionales. La actual fuerza de trabajo neuroquirúrgica para África representa, como mucho, el 5% del número esperado de 1 neurocirujano por 100.000 [8]. Sólo el 42% de los países africanos y el 75% de América Latina ofrecen formación de neurocirujanos. Se esta manera se puede afirmar que la responsabilidad inherente de proveer atención neuroquirúrgica a todos los que la necesitan se encuentra en la comunidad global de neurocirujanos.
Por lo tanto, se declaró a la Neurocirugía Global (https://globalneurosurgery.org/consensus-statement/) como el esfuerzo colectivo y unificado en la mejora de todos los aspectos de la atención neuroquirúrgica siempre y donde sea necesaria. Se hace pertinente que los neurocirujanos reciban una formación adecuada en salud pública. Por esto, hacemos un llamado a los neurocirujanos, así como a sus sociedades profesionales del mundo y a las partes interesadas, para que tomen urgentemente medidas coordinadas para dirigir y abordar la necesidad de atención neuroquirúrgica insatisfecha a nivel mundial.
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