Opinion - (2023) Volume 19, Issue 4
Received: 09-Oct-2023, Manuscript No. 13882; Editor assigned: 11-Oct-2023, Pre QC No. 13882; Reviewed: 25-Oct-2023, QC No. 13882; Revised: 27-Oct-2023, Manuscript No. 13882; Published: 02-Nov-2023, DOI: 10.36648/1698-9465-19-1599
Al centrarse en la reabsorción renal de glucosa y disminuir los niveles de glucosa en sangre, los inhibidores del transportador de sodio-glucosa tipo 2 (inhibidores de SGLT2) han transformado el tratamiento de la diabetes tipo 2 en los últimos años. Sin embargo, a medida que avanza la investigación, nuevos datos apuntan a una variedad de posibles ventajas de estos inhibidores que van más allá del control glucémico. Esto ha estimulado un mayor interés en la investigación de sus usos potenciales en una serie de condiciones médicas, como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad renal crónica, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.
No importa qué tan bien esté el control glucémico de un paciente, los inhibidores de SGLT2 se han mostrado prometedores para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares y la mortalidad en pacientes con diabetes tipo 2. La presión arterial, la rigidez arterial y el peso corporal son solo algunas de las variables de riesgo cardiovascular que estos medicamentos han demostrado que abordan. Más allá de su impacto en el metabolismo, los inhibidores de SGLT2 han demostrado ventajas potenciales en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca en personas con y sin diabetes [1].
Factor De Riesgo
El mayor riesgo de infecciones vaginales y del tracto urinario es un posible factor de riesgo relacionado con los nuevos usos de los inhibidores del transportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2). Estos medicamentos funcionan impidiendo que los riñones reabsorban la glucosa, aumentando la cantidad de glucosa excretada en la orina. Sin embargo, la presencia de demasiada glucosa en el sistema urinario puede fomentar el crecimiento de gérmenes y aumentar el riesgo de infecciones en los sistemas genital y urinario [2].
Diagnóstico
Más allá del control de la glucemia, los inhibidores del transportador de sodio y glucosa tipo 2 (SGLT2) pueden tener otras ventajas. Esta es una conclusión relacionada con sus aplicaciones emergentes. Estos inhibidores, que se crearon por primera vez como medicamentos antihiperglucémicos, han demostrado resultados prometedores en varias áreas además del control de la glucosa. En las personas con diabetes tipo 2, la investigación apunta a sus posibles beneficios para reducir los eventos cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca y la mortalidad cardiovascular y mejorar los resultados renales. El uso de inhibidores de SGLT2 también se ha relacionado con la pérdida de peso y posibles mejoras en los niveles de presión arterial. Estos usos recientemente desarrollados muestran cómo los inhibidores de SGLT2 tienen un mayor potencial terapéutico que solo su función básica en el control de la glucemia, lo que abre nuevas posibilidades para el tratamiento de problemas asociados con la diabetes [3].
Tratamiento
Se examinarán los posibles usos de los inhibidores del transportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) más allá del control de la glucemia. La investigación sobre los usos potenciales de los inhibidores de SGLT2 está impulsada por el hecho de que tienen beneficios positivos que van más allá de su propósito principal de tratar la diabetes tipo 2. Los inhibidores pueden reducir drásticamente el riesgo de eventos cardiovasculares adversos graves, como insuficiencia cardíaca y mortalidad cardiovascular, independientemente de su impacto en los niveles de glucosa en sangre, según una investigación reciente. El proceso terapéutico repasará los procesos subyacentes a estas ventajas, incluido el rendimiento mejorado del corazón, la disminución de la rigidez arterial y la regulación de la vía neurohormonal. Los inhibidores pueden disminuir la incidencia de insuficiencia renal, disminuir la albuminuria y retrasar el curso de la ERC, según la investigación. La mejora de la hemodinámica renal, la caída de la presión intraglomerular y la reducción de la inflamación y la fibrosis son solo algunos de los procesos que la terapia destacará como responsables de estos resultados.
Estos medicamentos ofrecen una estrategia de tratamiento diversa y se muestran prometedores en el tratamiento de enfermedades como la enfermedad renal crónica, la enfermedad cardiovascular y otras. El procedimiento destacará la necesidad de realizar más estudios para aclarar por completo los mecanismos de acción y maximizar el uso de los inhibidores de SGLT2 en estas nuevas aplicaciones [4].
Precauciones
Monitoreo de los parámetros renales: el monitoreo regular de los parámetros renales, como la creatinina sérica y la tasa de filtración glomerular estimada (eGFR), es crucial debido a los efectos potenciales de los inhibidores de SGLT2 sobre la función renal. Los pacientes que tienen antecedentes de insuficiencia renal o que corren un alto riesgo de sufrir una lesión renal aguda deben tener precaución. Los inhibidores de SGLT2 se han relacionado con una mayor incidencia de infecciones micóticas genitales e infecciones del tracto urinario.
Deshidratación: los inhibidores de SGLT2 pueden aumentar la excreción de glucosa en la orina, lo que puede causar diuresis osmótica y deshidratación. Se debe recordar a los pacientes que beban suficientes líquidos, especialmente cuando experimentan una pérdida significativa de líquidos o cuando toman cualquier medicamento que pueda aumentar el riesgo de deshidratarse [5].
Más allá de su uso principal en el tratamiento de la diabetes tipo 2, estos medicamentos se han mostrado prometedores en una serie de situaciones terapéuticas. Los inhibidores de SGLT2 han demostrado impresionantes efectos cardioprotectores desde un punto de vista cardiovascular, reduciendo la probabilidad de eventos cardiovasculares adversos significativos, hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y muerte cardiovascular. Los mecanismos subyacentes a estas ventajas, que parecen no estar relacionados con sus acciones reductoras de glucosa, pueden incluir una función cardíaca mejorada, rigidez arterial disminuida. Los inhibidores de SGLT2 se han mostrado prometedores como herramientas terapéuticas en el tratamiento de la enfermedad renal crónica (ERC), además de sus ventajas para el corazón. Se ha demostrado que estos fármacos reducen la albuminuria, retrasan la aparición de la ERC y reducen el riesgo de insuficiencia renal. La mejora de la hemodinámica renal, la reducción de la presión intraglomerular y la atenuación de la fibrosis y la inflamación son algunos de los mecanismos que impulsan estos efectos. Además, las enfermedades no diabéticas como la obesidad, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y la insuficiencia cardíaca con o sin diabetes se han mostrado prometedoras cuando se tratan con inhibidores de SGLT2.
Indexed at, Google Scholar, Cross Ref
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