- (2007) Volume 3, Issue 2
Miguel Villar García*, Juan Pérez Martínezz1, Enrique Juliá Mollá, Elena Lozano Setién, Lorenzo Abad Ortiz, Rosa Collado Jiménez, M Victoria Rueda Narváez, Tomás Cros de alarreta
1S. Radiodiagnóstico y S. Nefrología
Complejo Hospitalario Universitario de Albacete
El uso de las técnicas de imagen(Ultrasonidos, TAC, RMN y la AngioflebografÃa),han puesto de manifiesto lasmúltiples anomalÃas congénitas de la venacava inferior (VCI) y sus tributarias enpacientes asintomáticos
Venous system. Radiology. Vascular Surgery.
1. Embriogénesis:
La VCI se desarrolla entre la 6ª y 8ª semana embrionaria, formándose de la regresión de tres pares de venas embrionarias que en orden de aparición se conocen como venas cardinales posteriores, venas subcardinales y venas supracardinales. Tras múltiples anastomosis y regresiones, formarán el complejo sistema de la VCI formando cuatro segmentos que de superior a inferior se conocen como segmento hepático, suprarrenal, renal e infrarrenal respectivamente [1].
2. Anomalías congénitas o variantes
Se han descrito hasta trece variantes en humanos, basándose en un estudio del desarrollo de la VCI propuesta por Huntington [2]. Recientes estudios analizan las malformaciones vasculares con las distintas pruebas de imagen disponibles en la actualidad [5,6].
Aquí vamos a hacer una breve descripción de las variantes más frecuentes, de su desarrollo embrionario y sus implicaciones clínico-radiológicas y quirúrgicas (Figura 1).
-Vena cava doble:
Tiene una prevalencia de 0.2-3%. Embriológicamente consiste en una persistencia tanto de las venas supracardinal derecha como de la vena supracardinal izquierda.
La VCI izquierda desemboca en la vena renal izquierda y cruza anteriormente a la Aorta para formar junto con la VCI derecha el segmento VCI suprarrenal normal (Figuras 2a y 2b).
La importancia clínica y radiológica deriva de un mal diagnóstico de adenopatías retroperitoneales [3]. Y desde el punto de vista quirúrgico la recurrencia de TEP tras la colocación de un solo filtro cava en la VCI derecha.
-Vena cava inferior izquierda:
Tiene una prevalencia de 0.2- 0.5%. Siendo el resultado de la regresión de la vena supracardinal derecha y persistencia de la vena supracardinal izquierda.
La VCI izquierda se une a la vena renal izquierda y cruzarán anteriormente a la Aorta para unirse a la vena renal derecha y formar la porción de VCI suprarrenal en su posición normal.
Su importancia clínica y radiológica radica en no confundir a la VCI izquierda con adenopatías retroperitoneales, y su importancia quirúrgica en la dificultad de colocar un filtro de vena cava por vía transyugular (4).
-Continuación de la VCI en sistema ázigos:
Prevalencia de un 0.6%. Consiste en un fallo de la formación de la anastomosis de la VCI hepática con la vana subcardinal derecha, con la consecuente atrofia de este segmento último. Por tanto la sangre venosa retornará por la anastomosis supracardinal, también conocida como Sistema Ázigos.
La importancia clínica radica en su frecuente asociación con malformaciones cardiacas congénitas o a síndrome de poliesplenia.
-Vena renal izquierda circumaórtica.
Tiene una prevalencia de 9%. Es la persistencia de la rama dorsal de la vena renal izquierda embrionaria. Por tanto existirán dos venas renales izquierdas, una que cruza normalmente anterior a la Aorta y entre 1 y 2 cm por debajo la vena renal izquierda dorsal cruzará por detrás de la Aorta para unirse también a la VCI (Figuras 3a y 3b).
Su importancia clínico-radiológica de nuevo es no confundir este segmento retroaórtico con adenopatías.
Desde el punto de vista quirúrgico, es importante su conocimiento previo a una nefrectomía, para hacer así una buena planificación.
-Vena renal izquierda retroaórtica.
Prevalencia de un 2.1%. Representa la persistencia únicamente del segmento dorsal de la vena renal izquierda embrionaria. Dicha vena renal dorsal izquierda cruzará por detrás de la Aorta para unirse a la VCI (Figura 4). La importancia la hemos descrito en el apartado anterior.
-Doble VCI con vena renal derecha retroaórtica y continuación de la VCI en el sistema hemiázigos
Es la coexistencia de varias anomalías. Persiste la vena lumbar izquierda, la supracardinal torácica y la anastomosis suprasubcardinal izquierda. Además hay un fallo en el desarrollo de la anastomosis hepato–subcardinal derecha. También persiste el segmento dorsal de la vena renal derecha que cruzará por detrás de la Aorta para unirse a la VCI izquierda, la cual se continuará cefálicamente con el sistema hemiázigos retrocrural.
La importancia quirúrgica de este hallazgo es de vital importancia ya que si en la cirugía torácica se ligase el sistema hemiázigos, provocaríamos la muerte del paciente, ya que ésta es su única vía de drenaje del hemicuerpo inferior. -Doble VCI con vena renal izquierda retroaórtica y continuación de la VCI en sistema Ázigos.
Consiste en la coexistencia de la vena supracardinal y de la porción dorsal de la vena renal izquierda embrionaria y atrofia de su segmento ventral. Todo ello además se asocia al fallo en el desarrollo de la anastomosis hepato-subcardinal. -Ausencia de VCI infrarrenal y persistencia del segmento suprarrenal.
Consiste en un fallo del desarrollo de las venas cardinales posteriores y supracardinales. Condicionará insuficiencia venosa de miembros inferiores y TVP.
-Uréter retrocavo:
Es un fallo en el desarrollo del sistema venoso supracardinal derecho con persistencia del sistema venoso cardinal posterior derecho, con lo que el uréter derecho cursará por detrás de la VCI.
La complejidad en el desarrollo del sistema embrionario de la VCI a partir de tres pares de venas embrionarias implica multitud de variantes en el retorno venoso cuando existe alguna alteración en la embriogénesis.
Estas variantes van a tener una gran importancia tanto desde el punto de vista clínico como quirúrgico, por lo que su conocimiento por parte de los radiólogos es de gran importancia ya que además de ayudar a realizar un mapa vascular que le sirva al cirujano para un buena planificación prequirúrgica, también ayudará dicho conocimiento de las variantes a no cometer errores diagnósticos de masas o adenopatías retroperitoneales.